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CUADERNOS DE BOTÁNICA AÑO:2013

Desde este nuevo espacio de Almería Natural, trataremos de conocer e informar de numerosos hechos relacionados con el mundo de las plantas. Desde cómo identificar una especie, dónde localizarla por su tipo de hábitat, curiosidades de la flora, así como un buen número de experiencias y anécdotas relacionadas con el mundo vegetal, que nos brinda cada día Almería Natural.

Es este un apartado creado para el aficionado y el estudioso de la botánica, por lo que si eres profesional de esta disciplina, aconsejaríamos no leerlo con ojo crítico. Las opiniones vertidas aquí, son eso, opiniones que no pretenden convertirse en dogmas.

Almería Natural

 

 

CUADERNO Nº 1/ MARZO 2013

 

CUATRO NUEVAS ORQUÍDEAS PARA LA FLORA DE ALMERÍA NATURAL


FOTOGRAFÍAS

     La primavera es para los orquidíofilos, un período de plena actividad. Resulta fácil ver, botánicos y fotógrafos cargados con sus equipos, en busca de nuevas especies o tratando de mejorar las tomas realizadas en campañas anteriores. En Almería Natural, hemos ampliado nuestro catálogo de "Orquídeas de Almería" con cuatro nuevas especies. Se trata de: Ophrys sphegodes, Orchis cazorlensis, Dactylorhiza insularis y Orchis tenera.


     Y es que en efecto, ya a mediados de abril tuvimos, por que no reconocerlo la enorme suerte de toparnos, cuando íbamos en busca de otras especies para mejorar sus fotografías, con una nueva especie de orquídea jamás citada antes para Almería: "Ophrys sphegodes".

     Conocíamos la presencia de otras ocho especies de este mismo género en la provincia (descontando la inaccesible y muy buscada, pero nunca hallada Ophrys atlantica). Las citas más próximas de Ophrys sphegodes, se dan para las provincias de Alicante y Albacete, aunque un grupo de entusiastas botánicos, también la han localizado recientemente en la provincia de Granada. Una población de tan sólo tres individuos, y la inmediatez a un entorno urbano, auguran un futuro nada prometedor para su arraigo en la provincia de Almería.


     En mayo, la llamada "Sierra de las Orquídeas" (Sierra de Gádor), nos depararía, junto a Ophrys sphegodes otra nueva y agradable sorpresa: "Orchis cazorlensis". Pese aunque la denominación específica de esta bellísima Orchis, pueda hacernos pensar que se trata de una orquídea jienense, lo cierto es que ya en el siglo XX, hubo para ella una referencia provincial en la Comarca de Las Alpujarras.

     Bajo un pinar en orientación norte y a unos 1.200 mts. sobre el nivel del mar, apareció tan sólo un ejemplar entremezclado con otros congéneres de la especie "mascula". Muy semejante a ellos, apenas se diferenciaba por su delicada tonalidad rosácea de sus labelos y un extraño e inconfundible olor a canela.


     La tercera de la orquídeas descubierta o mas bien, redescubierta de modo reciente, es: "Dactylorhiza insularis". Sus gráciles inflorescencias de un amarillo limón, la hacen resaltar sobre el paupérrimo hábitat que las acoge (bosquetes de suelos degradados por la acción ácida de los pinos de repoblación).

     Recientemente descrita y fotografiada en el mismo entorno y localidad, dónde la hemos podido fotografiar, es fácilmente confundida con otra especie de su mismo género. Los escasísimos individuos que presenta, se encuentran muy al abrigo de una de las zonas más impenetrables e inaccesibles del Espacio Natural de Sierra Nevada; hecho este, que quizás le otorgue ciertas prerrogativas para augurarle una más que dilatada supervivencia.


     Por último, la cuarta de las "Orquídeas" que de forma novedosa hemos podido fotografiar esta primavera, ha sido: "Orchis tenera". El variopinto y desordenado grupo del género "mascula", hace que esta orquídea haya sido descrita por varios autores como una subespecie o variedad de "Orchis mascula". Desde que tuvimos constancia de su presencia en la vecina provincia de Granada, nos pusimos de forma inmediata a su busca y captura fotográfica.

     Su diferenciación con Orchis mascula resulta bastante evidente, un mayor porte (entre 30-50 cms.), tallo purpúreo e inflorescencia densa, ápice del espolón emarginado, máculas que no progresan en los lóbulos laterales del labelo, que además aparecen en mínimas cantidades y muy aisladas; y de flores con un color uniforme en pétalos y sépalos, con una sensible mancha central blanquecina en el labelo. Su hábitat es el claro del matorral sobre los 1.600-1.700 metros sobre el nivel del mar, cercano al Puerto de La Ragua.


     A día de hoy, no hemos podido encontrar en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, el significado del término: "Orquidiófilo"; ni tan siquiera conocemos, si dicha expresión es utilizable. Pero pensamos que debe de tratarse de personas muy sensibles y respetuosas con el mundo natural, personas de gran paciencia y astucia, capaces de localizar seres tan delicados y diminutos, como son las orquídeas, capaces de decorar hábitats altamente deteriorados o empobrecidos, pero que jamás dedicarán sus descubrimientos a almacenar en un desfasado herbario, parte de lo que van encontrando.


Ophrys sphegodes

(Sierra de Gádor)

   

Orchis cazorlensis

(Sierra de Gádor)

   

Dactylorhiza insularis

(Sierra Nevada)

   

Orchis tenera

(Sierra Nevada)

   
 

 

CUADERNO Nº 2/ JUNIO 2013

 

LA MIGRACIÓN DE LA FLORA DE SIERRA NEVADA


FOTOGRAFÍAS

   

   

Erodium rupicola

(Sierra de Los Filabres)

     Desde que los modernos medios de comunicación (fotografía y vídeo) se nos han colado de manera infrenable en nuestros hogares, nos muestran frecuentemente las más extraordinarias migraciones del reino animal. Millones de "ñues", se trasladan en un temerario viaje por la sabana africana en busca de nuevos pastos. Miles de "renos", se desplazan cada primavera hacia el norte del Ártico. Y a menor escala en tamaño, aunque no por su número, millones de mariposas "monarca" son capaces de recorrer 4.000 kilómetros, para volar desde Canadá hasta Méjico, empujadas únicamente por su afán reproductor. Pero, ¿y el reino vegetal? Si suponemos que casi la totalidad de las plantas que conocemos, se alimentan aferrándose al suelo, ¿son posíbles para ellas las migraciones?


     Y es que, aunque no como individuos, pero sí como especies; las plantas están tan capacitadas para realizar migraciones, como los mismísimos animales. Como muestra, tomaremos como ejemplo la flora de Sierra Nevada. Cierto es, que los más afamados botánicos del siglo XIX, peinaron Sierra Nevada de forma reiterativa, siempre a la búsqueda de nuevas especies. Moritz Willkomm y Edmond Boissier, fueron las cabezas visibles y emblemáticas de un distinguido elenco de botánicos centroeuropeos, que contribuyeron a ensalzar la flora de este enorme macizo del sur de Europa.


     Pero entonces, ¿qué ocurrió con los posíbles estudios botánicos de otras sierras "satélites" a Sierra Nevada? ¿Acaso, no fueron visitadas por los mismos botánicos de esa misma época? Resulta innegable que el atractivo que les ofrecía Sierra Nevada, no era el mismo que podía ofrecerles por ejemplo, sierras tan cercanas como La Sagra, Gádor, Baza o Los Filabres; y es aquí, en la almeriense Sierra de Los Filabres dónde al parecer, han "aterrizado" algunos distinguidos miembros de la flora de Sierra Nevada.


     El botánico granadino G. Blanca, comentaba en su libro: "Joyas botánicas de Sierra Nevada", lo siguiente sobre "Erodium rupícola", un pequeño geranio que gusta de colonizar altas repisas de zonas venteadas por encima de los 1.700 mts. sobre el nivel del mar:"La escasez de esta planta ha hecho que muy pocos botánicos hayan podido observarla in situ". "Al parecer tan sólo se conocen dos poblaciones con un número de individuos muy bajo". Incluida en todos los listados de los libros rojos de especies vegetales en peligro, y abocada a una extinción casi segura, resulta sin embargo puntualmente abundante en La Sierra de Los Filabres. Botánicos y naturalistas, se afanan en descubrir nuevos enclaves para esta especie, habiéndose localizado al menos en doce diferentes, lo cuál nos indica que pudiera tratarse de una especie en fase de expansión.


     La "Aguileña", conocida como "Aquilegia vulgaris sub. nevadensis", gusta de enraizar cercana a arroyos de media montaña. En la cara norte de esta sierra almeriense, podemos verla con esplendor, desde los primeros días del verano. La "Valeriana" o "Centranthus nevadensis", al contrario que otras, ha escogido como hábitat la cara sur. Y es localizable con facilidad, en el ascenso a Calar Alto. Por último, el "Narcissus nevadensis", ha preferido asentarse, en efímeras charcas del núcleo central de esta misma sierra.

   

Aquilegia vulgaris sub. nevadensis

(Sierra de Los Filabres)

 

Centranthus nevadensis

(Sierra de Los Filabres)

 

     El motivo de esta migración, es toda una incógnita, aunque quizás no lo sea tanto si tenemos en cuenta la avidez de supervivencia de cualquier ser vivo. Pero, ¿cuál es el hecho, que una especie a punto de desaparecer de la faz de la tierra, reaparezca de forma relativamente abundante en un ecosistema colindante? Para resolver tal incógnita, cabrían al menos un par de respuestas: una de ellas, pudiera ser que nuestros ilustres botánicos decimonónicos (la mayor parte de ellos, extranjeros y desconocedores del terreno que exploraron), dedicasen poco tiempo y esfuerzo a la clasificación de la flora de la Sierra de Los Filabres, con lo cuál la especie en sí, podría tener aquí su centro de distribución, y actuar Sierra Nevada de núcleo satélite.

     La otra posibilidad, algo más científica y por ello no menos cierta, es que la especie emigrara a una una serranía cercana y de similares características, evitando la tremenda acción antropológica que padece tanto Sierra Nevada, como la comarca de Las Alpujarras. Posiblemente sea el paso del tiempo, quién pueda dar una respuesta plausible a esta incógnita y a todas las que parecen albergar la Sierra de Los Filabres.

 

 

CUADERNO Nº 3/ SEPTIEMBRE 2013

 

SESELI INTRICATUM: EL AVE FÉNIX DE LA FLORA ALMERIENSE


FOTOGRAFÍAS

 

 

Seseli intricatum

(Sierra de Gádor)

     La especie que nos ocupa hoy, "Seseli intricatum", fue descrita por vez primera para la ciencia, por el botánico ginebrino Pierre Edmond Boissier en el año 1838. Aunque realmente, ya la había herborizado en agosto del año anterior. En su pliego de herbario, puede observarse de forma escueta: "Cacumine Sierra de Gádor", una breve aunque sólida descripción, que aún hoy, sirve para explicarnos la distribución de esta umbelífera exclusiva de las zonas altas de la Sierra de Gádor.


     Boissier, en su tercera y última excursión por Sierra Nevada, descendió por Trevélez y Ugíjar hasta llegar a Berja (Almería), dónde a lomos de un pollino él y su ayudante, alcanzaron las cumbres de la sierra gadorense, dónde pasaron varios días recolectando plantas. Casi un siglo después, fue el botánico Enric Gros, que se encontraba al servicio del Jardín Botánico de Barcelona, quién da una nueva e inconcreta cita sobre esta especie. Además en esta excursión, se descubrieron otras dos especies emblemáticas para esta serranía: "Astragalus tremolsianus" y "Coronopus navasii".


     Pero de nuevo habría de esperarse casi otro siglo (1984), para que nuestro botánico contemporáneo, Antonio Pallarés, tuviera ocasión de reencontrarla, aportando ya su exacta localización y el recuento aproximado de sus poblaciones. Así pues, hasta hace bien poco tiempo, no se sabía gran cosa sobre una especie ibérica descrita en 1838 (incluso Flora Europea, desconocía la forma de sus frutos). ¿Cuales fueron las razones, por las que se mantuvo durante unos 150 años, un alto grado de desconocimiento sobre esta especie?  


     Las razones parecen ser diversas y variadas. Una de ellas a buen seguro, es su enclave situado en una sierra muy apartada de los circuitos botánicos de la época. Hoy en día, con los modernos medios de comunicación que se disponen, es posíble realizar un viaje de mas de 50 kilómetros por polvorientas pistas forestales, hasta tener la suerte de dar con ella. Y decimos bien, de dar con ella, pues es fácilmente confundible a simple vista con otras umbelíferas que vegetan en la misma zona.


     Por otro lado, a su escasísimo número de individuos, se le añade la retardada fenología propia de las umbelíferas, que para esta especie, supone visitar la zona en pleno verano, cuando la mayor parte de las plantas que la acompañan, se encuentra ya marchitas. Exceptuando los meses de agosto y septiembre, el resto del año la planta tan sólo ofrece su estructura basal postrada y con hojas secas, lo cuál hace muy dificultosa su localización.


     Visto así, "Seseli intricatum" parece ser una especie extremadamente rara en su diminuta área de distribución: apenas tres poblaciones integradas por muy pocos individuos, a pesar de que la planta no requiere especiales condiciones ecológicas. Por lo que a buen seguro, es mas que probable que su área potencial sea algo más extensa. Y por qué no decirlo, la desidia de visitar la zona en una época climatológicamente adversa, hacen de ella, el auténtico ave fénix de la flora almeriense.

   

Astragalus tremolsianus

(Sierra de Gádor)

   

Coronupus navasii

(Sierra de Gádor)

   
 

CUADERNO Nº 4/ DICIEMBRE 2013

 

PLANTAS VENENOSAS DE LA FLORA ALMERIENSE


FOTOGRAFÍAS

 

 

Digitalis purpurea var. nevadensis

(Sierra Nevada)

     Cuando mostramos interés o nos aproximamos al mundo de las plantas, solemos hacerlo la mayor parte de las veces, desde un punto de vista estético. Nuestras salidas al campo o visitas a jardines ornamentales, suelen coincidir con la búsqueda y localización de especies que nos brinden una espléndida y al tiempo, exuberante floración. Sin embargo, hay ocasiones en las que no somos conscientes que, muchas especies pueden ser nocivas e incluso peligrosas para el que las recolecta o simplemente las roza con la mano.


     Las plantas venenosas son aquellas que disponen en algunos de sus órganos, sustancias tóxicas que utilizan como defensas para el posíble ataque de los predadores, herbívoros e insectos. Algunas de estas plantas, son utilizadas con fines comerciales o estéticos ( podemos ver, no sin cierto horror, como fueron plantadas de forma inconsciente en parques públicos o incluso en jardines de colegios, como especies meramente ornamentales o árboles de sombra). Por ser muy numerosas y de familias variadas, las que se encuentran en la flora de Almería Natural, tan sólo daremos aquí, una breve pincelada de tres de ellas, para que sean conocidas y respetadas por todos nosotros.


     La primera de ellas es la "Digitalis purpurea sub. nevadensis", cuyo término subespecífico, hace idea de su localización. La vulgarmente llamada "Dedalera", de inconfundible aspecto, la podremos localizar durante los días más calurosos del verano en zonas de media y alta montaña de Sierra Nevada y de forma muy puntual en la Sierra de Los Filabres.


     En Almería, vegetan además de ella, otras dos especies de digitalis, (D.obscura y D.viridiflora) pero la que nos ocupa ahora, resulta inconfundible por el color púrpura de sus flores en forma de "dedal". Es localizable en lugares rocosos, bordes de caminos o cercana a cursos de agua de la media montaña, hasta los 2.500 metros sobre el nivel del mar. La "digitalina" contenida en hojas y semillas, es su principio activo más peligroso.


     Más escasa que la anterior y por tanto, difícil de dar con ella, es el "Beleño negro". Conocida desde antiguo como un remedio casero para aliviar el dolor de muelas, una sobredosis puede resultar letal para el ser humano. El nombre de "Beleño" ("Hyosciamus niger") siempre ha sido sinónimo de veneno. Embeleñar a alguien con el uso de esta especie, equivalía a envenenar o adormecer. Hay un refrán que dice: "al que come beleño, no le faltará el sueño". Junto al beleño blanco, completa la lista de este género para la flora almeriense.


     Para finalizar esta breve trilogía de especies "nocivas o venenosas", dejamos una especie que resulta relativamente frecuente que, cada vez que la encontremos, exclamemos aquello de: ¡quién habrá tirado estos meloncitos en la cuneta de la carretera! Y es que, "la tuera" o "Citrullus colocynthis" es lo más parecido al fruto de una cucurbitácea (sandía o melón) ó incluso a una pequeña manzana. Es planta originaria del norte de África, que se ha extendido con profusión en bordes de caminos  y ramblas de las zonas más áridas de Almería.

   

Hyosciamus niger

(Cabo de Gata)

   

Citrullus colocynthis

(Desierto de Tabernas)

   
 

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