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CUADERNOS DE BOTÁNICA AÑO:2014

Desde este nuevo espacio de Almería Natural, trataremos de conocer e informar de numerosos hechos relacionados con el mundo de las plantas. Desde cómo identificar una especie, dónde localizarla por su tipo de hábitat, curiosidades de la flora, así como un buen número de experiencias y anécdotas relacionadas con el mundo vegetal, que nos brinda cada día Almería Natural.

Es este un apartado creado para el aficionado y el estudioso de la botánica, por lo que si eres profesional de esta disciplina, aconsejaríamos no leerlo con ojo crítico. Las opiniones vertidas aquí, son eso, opiniones que no pretenden convertirse en dogmas.

Almería Natural

 

 

CUADERNO Nº 5/ MARZO 2014

 

ORQUÍDEAS: EL SEXO COMO RECLAMO


FOTOGRAFÍAS

     La polinización por medio de insectos, es un hecho tan frecuente en el reino vegetal, que prácticamente nos pasa desapercibida. Sin embargo, no resulta tan común que las plantas ofrezcan como atractivo y recompensa a sus polinizadores, alimentos y golosinas tan variopintas como aromas, polen, néctar, etc. o el simplemente, calor que supone cobijarse entre sus pétalos.


     Las orquídeas, han sabido refinar al máximo estos mecanismos al ofertar a sus polinizadores el más potente motor capaz de convulsionar la naturaleza: el sexo.

     Esta familia vegetal, imita casi a la perfección en sus labelos, la forma, colores y hasta los reflejos metálicos de las hembras de determinadas especies de insectos, lo que hace que machos de ciertas especies de insectos acudan a sus flores atraídos como por un imán.


     Las mismas palabras que definen a ciertos géneros de orquídeas, hacen alusión a su carácter altamente "sexuado". Así por ejemplo, el género "Orchis", que procede del griego, significa literalmente: "testículos".

     Parece ser que el filósofo griego Teofrasto el primero que aplicó este nombre a un determinado grupo de orquídeas, por las semejanzas que encontró entre sus bulbos subterráneos y dichos órganos. Razón esta, por la que han sido consumidos a través de los tiempos como afrodisíaco, algo que por otra parte, resulta totalmente infundado.


     A pesar de su exótico aspecto, que parece circunscrito únicamente a selvas tropicales, las orquídeas conforman un grupo familiar ampliamente desperdigado por el planeta, si exceptuamos los polos y los desiertos más secos. En Almería aparece cada año una sola especie de "ophrys" en el Desierto de Tabernas.

     La familia "Orchidaceae", está representada en Almería natural, por unas cuarenta especies diferentes, siendo el género "ophrys", el más adecuado para estudiar los curiosos mecanismos reproductores a los que se ha hecho alusión.


     Si observamos con detenimiento este tipo de flores, lo primero que nos llamará la atención es, el aspecto asimétrico de sus flores, hecho este muy poco común en el mundo vegetal. Poseen un solo plano de simetría y no varios, como puede ocurrir en una amapola o en una campanilla, por ejemplo.


     La estructura de la orquídea, está formada por seis piezas vivamente coloreadas, una de las cuales llamada labelo, adquiere un espectacular desarrollo con respecto al resto y presentando en su zona central los órganos reproductores. En estos órganos se agrupa el polen en unas diminutas estructuras en forma de mazas o polínios, que quedarán adheridas a la primera abeja macho que infructuosamente intente fecundarla. Esta abeja, será la encargada de trasladarlo a otra flor de la misma especie.    


     Las orquídeas almerienses como las del resto de la Península Ibérica, son especies propias de lugares poco alterados por la acción humana, como estepas de clima mediterráneo, páramos, pinares o encinares. Completando el catálogo, otras de espectaculares inflorescencias que han optado por vivir en arroyos de media montaña.


Ophrys speculum

(Sierra del Cabo de Gata)

   

Ophrys tenthredinifera

(Sierra Cabrera)

   

Orchis collina

(Karst en Yesos de Sorbas)


 
 
 

CUADERNO Nº 6/ JUNIO 2014

 

LOS BOTÁNICOS DE SIERRA NEVADA


FOTOGRAFÍAS

     La extraordinaria biodiversidad florística que ofrece el macizo de Sierra Nevada al visitante es de tal envergadura, que se ha convertido por méritos propios en una de las regiones más visitadas, estudiadas y elogiadas por los especialistas. La unidad fitogeográfica que la compone, perfectamente estratificada en pisos de vegetación, unido a su elevada proporción de especies endémicas, la ha convertido en la auténtica Capilla Sixtina de la flora ibérica.


     De los numerosos botánicos que tenemos constancia que recorrieron esta sierra, cabe destacar en primer lugar al ginebrino Pierre Edmond Boissier; en 1837 realizó una histórica campaña, que cristalizó en la magnífica obra titulada: "Voyage botanique dans le midí de l`Espagne"

     Tal obra, y otras secundarias, propias o en colaboración con Reuter, resultaron básicas y enriquecedoras para la pléyade de científicos que a partir de entonces se dedicaron al estudio de la Flora de Sierra Nevada.


     Posteriormente, durante los años 1845-46, el sajón Maurice Willkomm y el danés Joan Lange, contribuyeron de forma considerable a completar el estudio de dicha flora, descubriendo no pocos endemismos y localizaciones de especies críticas. Fueron los autores del famoso y clásico "Prodomus Florae Hispanicae", obra todavía en uso para estudios florísticos y ecológicos.


     Nuestros compatriotas Lagasca y Rojas Clemente, antecesores en el tiempo de los anteriores, recorrieron numerosas localidades botánicas del sudeste peninsular (incluidas algunas zonas de Almería), pero gran parte de sus trabajos y herborizaciones, fueron malogrados por bandidos y asaltantes de caminos, dada la inestabilidad y revueltas habidas en el siglo XIX.

     Un farmacéutico malagueño, Félix Haenseler y Pablo Prolongo, llegaron a colaborar íntimamente con el mismísimo Boissier. A Haenseler por ejemplo se le deben especies tan conocidas como Andryala aghardii, Linaria haenseleri y Centaurea haenseleri.


     En honor a la verdad, la mayoría de las especies que hoy conocemos como emblemáticas de la zona orófila de Sierra Nevada, se las debemos a la pericia, intuición y valentía de Pierre Edmond Boissier, que con el handicap del desconocimiento de nuestro idioma y acompañado por lo que el mismo llamó: "un paisano", fue capaz de sortear numerosas dificultades para mostrar al resto del mundo algunas de las maravillas botánicas de esta sierra Granadina-almeriense.


     Últimamente, en el siglo XX, no debemos olvidarnos del farmacéutico Carlos Pau, al que debemos entre otras, grandes obras como: " Contribución al conocimiento de la flora de Granada" y " Contribución a la flora española: Plantas de Almería", dos magníficos trabajos basados esencialmente en herborizaciones realizadas por Gros.   


     A partir de mediados del siglo XX y hasta nuestros días, no podemos ni debemos pasar por alto a científicos de la talla de: Rivas Goday, Ceballos, Muñoz Medina, Rivas Martínez, Molero Mesa o Gabriel Blanca.

     Desde este modesto artículo, nuestro agradecimiento a estos botánicos que superando toda una serie de penurias y vicisitudes, no dudaron incluso en arriesgar sus propias vidas, para mostrarnos una de las floras más variadas, exquisitas y únicas de todo el continente europeo, la Flora de Sierra Nevada.


Artemisia granatensis

(Citada por Boissier)

   

Sempervivum minutum

(Citada por Willkomm)

   

Andryala aghardii

(Citada por Haenseler)


 
 
 

CUADERNO Nº 7/ SEPTIEMBRE 2014

 

FLORA BASTARDA DE ALMERÍA NATURAL


FOTOGRAFÍAS

     Repartidas prácticamente por todos los hábitats de Almería Natural, existe un numeroso grupo de vegetales, que han sido desde siempre, ignoradas, maldecidas y reprobadas por el ser humano. Son las llamadas malas hierbas o modernamente reconocidas como flora ruderal o viaria. Especies indeseables que crecen, dónde no se desea que lo hagan, que proceden de otros parajes, invadiendo cuanto se les pone a su paso; son especies, que hemos dado en llamar: "Flora bastarda".


     Aunque el término "bastardo", no implica descalificación alguna, sí que se trata de una flora, caracterizada por la alta capacidad de dispersión de sus semillas, por ser invasivas y extremadamente competitivas con las especies autóctonas, especies a las que desplaza e incluso hace desaparecer.

     En contraposición, son también especies muy bellas e incluso llamativas, de floración espectacular y que deben de ocupar un lugar de privilegio en el corazoncito de cualquier botánico que se precie.


     Incluidas en la "Flora bastarda" subsisten un numeroso grupo de estas colonizadoras de caminos, zonas viarias y edificaciones deterioradas cercanas a núcleos urbanos. Son las plantas ruderales (del latín ruderis, "escombro"). Son vegetales que aparecen, en hábitats alterados por la acción humana.


     Entre estas, exhiben su espectacular floración primaveral, dos inmigrantes sudamericanas: "Austrocylindropuntia subulata", de flor purpúrea y procedente de Perú y su congénere "Opuntia ficus-indica", de floración amarilla y originaria de Méjico.

     Estas dos especies, se utilizaban antaño en la separación de lindes de fincas agrícolas y para alimentar al ganado en zonas en las que por la sequía, escaseaba la vegetación. Actualmente, los higos chumbos de la vulgarmente llamada "Chumbera" se consumen como fruta azucarada y refrescante.


     De entre las dos especies de "Beleños" existentes en la flora de Almería Natural, destaca el "blanco" ("Hyoscyamus albus") por la abundancia y vistosidad de sus flores que ornamentan muros de viejas edificaciones, puentes e incluso faros. Se trata de una planta muy pelosa de la familia de las Solanáceas y que desprende un desagradable olor. En cambio, el "negro" ("Hyoscyamus niger"), resulta bastante más escaso, siendo utilizado en homeopatías como calmante y afrodisíaco.


     Y para finalizar este pequeño homenaje a las plantas "no deseadas" de Almería Natural, aparece la "Morsana" ("Zygophyllum fabago"); una especie nitrófila que brota aquí y allá, siempre en inmediaciones de espacios habitados. Su otro nombre común, "Alcaparra loca", nos da una idea de las posibilidades culinarias que plantearía como condimento y sustitutivo de la alcaparra.   


     Todas estas y otras especies oportunistas surgen sin la ayuda o mediación directa del ser humano. Son seres vivos que si nacen entre los cultivos, son llamadasmalas hierbas” porque no son deseadas. Aunque realmente no resulten del todo tan dañinas, ya que también tienen efectos beneficiosos, como atrayentes de insectos polinizadores, restauradoras de ecosistemas alterados, frenan la erosión, almacenan tóxicos, o son utilizadas como plantas comestibles y medicinales. Pero a pesar de todo, las hemos dado en llamar:"Flora bastarda".


Austrocylindropuntia subulata

y

Opuntia ficus-indica

   

Hyoscyamus albus

(Beleño blanco)

   

Zygophyllum fabago

(Morsana)


       
 
 

CUADERNO Nº 8/ DICIEMBRE 2014

 

LA TUNDRA DE SIERRA NEVADA


FOTOGRAFÍAS

    El término "tundra" proviene de "tunturi", una palabra que utilizan los fineses cuando quieren referirse a una llanura desprovista de árboles. En nuestra latitud y muy particularmente en Sierra Nevada, consideramos como tundra a la zona cacuminal del macizo; es decir al desierto helado, un verdadero desierto en el que los escasos seres vivos que lo habitan, sufren una enorme escasez de agua ya que, en verano apenas si llueve y en invierno la que hay se encuentra congelada en forma de hielo y nieve.


     Geobotánicamente, la tundra nevadense queda delimitada en su parte mas inferior por formaciones arbóreas de coníferas y en la superior, por las nieves casi perpetuas, de las cumbres más elevadas de la Península Ibérica.

     Con tan desolador panorama, parece imposible que en un ecosistema tan hostil, pueda prosperar ningún tipo de vida animal o vegetal; sin embargo el escudo protector que la nieve ejerce bajo su superficie, posibilita el hecho de poder ganarle dos o tres grados centígrados al termómetro.


     Precisamente esa peculiar adaptación, fue el origen de numerosos endemismos tanto vegetales como animales. Durante el invierno, que aquí dura ocho largos meses, la vida queda prácticamente paralizada. Los seres vivos que han podido emigrar al sur, ya lo han hecho; sin embargo, los que decidieron quedarse, hubieron de suspender su actividad metabólica.

     Si la escasa vida que alberga la tundra de Sierra Nevada, supo acomodarse a unas condiciones nada propicias para el desarrollo de cualquier ser vivo; ello, se debió fundamentalmente a un fenómeno que llamamos adaptación, no olvidemos que en la tundra tan sólo existen dos estaciones: primavera e invierno.


     Para protegerse del frío y sobre todo del peso de la nieve, el aspecto que presentan los vegetales de la tundra, se asemeja bastante al de un iglú. Con ello, consiguen por un lado crear una defensa contra el viento y por otro, soportar mejor el peso de lo que se les vendrá encima al llegar el nuevo invierno.


     Durante las glaciaciones del Cuaternario (hace unos 10.000 años), los hielos y las nieves descendieron por toda Europa hasta toparse con la infranqueable barrera mediterránea.

     Por entonces, la flora Siberiana, la de Groenlandia, la Báltica y la nevadense, se encontraban entrelazadas formando una única unidad; pero he aquí, que al retirarse los hielos de nuevo hacia el norte, algunas especies se quedaron aisladas en el interior de esta tundra y no quisieron o no supieron, volver al Gran Norte.  


     Entonces, ¿cuál es el motivo, por el que algunas especies de la flora nevadense, se encuentran presentes en las floras árticas, y otras no?     

     La razón es bien sencilla, las plantas que "decidieron" quedarse en Sierra Nevada, evolucionaron de forma independiente de como lo hicieron sus congéneres que vivían más al norte, dando lugar a pequeñas diferenciaciones y originando de éste modo, lo que llamamos endemismos. 


     Por ello, se localizan en la tundra nevadense, algunas especies que tienen en la actualidad la franja ártica como su hogar. Como raros ejemplos, caben citarse, el escasísimo Allium schoenoprasum y una diminuta margarita llamada Erigeron frigidus. La primera se trataría de una especie eurosiberiana y la segunda, un endemismo estricto de esta tundra.


Borreguiles de la tundra

y

Zona limítrofe con la taiga

   

Borreguil encharcado

y

Gentiana sierrae

   

Erigeron frigidus

y

Allium schoenoprasum


 


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